PASTORAL SOCIAL PIEDRAS NEGRAS
La vida eterna consiste en que te conozcan padre

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    la Pastoral de la Niñez es un compromiso de la Iglesia Católica, abierto a todos, a favor del Desarrollo Integral del Niño y de la Niña, de familias empobrecidas, víctimas de la disgregación familiar causada por el desempleo, por la falta de viviendas y de seguridad, por la ausencia o dificultad de acceso a los servicios básicos de salud y educación. Esta pastoral pone un especial énfasis en la etapa desde el vientre materno hasta los 5 años, en el contexto familiar y comunitario.

    HACIENDO HISTORIA

    La semilla de la Pastoral del Niño fue sembrada en el mes de mayo de 1982, en el transcurso de una gran reunión, en la cual grandes líderes del mundo discutían sobre pobreza y desarrollo. En ella coincidieron el card. Evaristo Arns y el Director Ejecutivo de UNICEF,James Grant. El card. Arns propuso a la Conferencia Episcopal de Brasil la nueva acción pastoral, a favor de la calidad de vida de los niños, niñas y familias empobrecidas, con el acompañamiento de un obispo responsable, Geraldo Majella Agnelo y la coordinación ejecutiva de la doctora Zilda Arns. En 1983 se inició la experiencia en el municipio de Florestópolis, Arquidiócesis de Londrina.

    En el Paraguay la Pastoral del Niño fue presentada en el año 1994, por la hna. María Eugenia de la Arena, religiosa del Sagrado Corazón, con el apoyo de la Pastoral Social Arquidiocesana y la Pastoral Social Nacional.

    En el mes de setiembre del mismo año, por iniciativa de UNICEF, la Pastoral Social Nacional fue invitada a realizar un encuentro a nivel Cono Sur, en Curitiba, para conocer la experiencia de laPastoral da Criança de Brasil.

    En el mes de marzo de 1995 en Benjamín Aceval (Paraguay) se realizó el primer encuentro de la Pastoral del Niño. Para este encuentro fueron convocados los agentes pastorales de Salud, formados por la Pastoral Social, durante más de 15 años. Desde el año 1996, en Paraguay, la Pastoral del Niño es un área de la Pastoral Social Nacional y está coordinada por un Equipo Nacional de Coordinación Nacional y un Equipo Técnico Asesor.

    En el número anterior (n. 138, págs. 28-29) UMBRALES publicó una entrevista a la hna. Mariana Marguery, que participó en el 1er. Seminario de la Región Cono Sur sobre la Pastoral de la Niñez, realizado en Paraguay en el mes de marzo de este año, planteándose la posibilidad de implementar esta pastoral en Uruguay.

     

    ¿POR QUÉ UNA PASTORAL DEL NIÑO?

    La Pastoral es la manera concreta a través de la cual la Iglesia realiza su misión: la salvación anunciada y realizada por Cristo.

    La Pastoral del Niño se anima desde la Palabra de Dios, a realizar acciones en favor de la vida que ayuden a mejorar la calidad de vida del niño, de su madre y de su familia.

    La salud integral abarca los diferentes aspectos que afectan a la vida humana: físico, psíquico, afectivo, religioso y social.

    La Pastoral debe abarcar a todo el ser humano. Parte de una visión religiosa basada en el Ministerio de Cristo, que ilumina y da sentido al misterio del hombre, con quien Dios hizo una alianza eterna. Contempla por lo tanto, al hombre en su dimensión terrena, especialmente en cuanto a su supervivencia.

    Los principales problemas encontrados en la lucha por la supervivencia y el desarrollo de la infancia, se encuentran focalizados, de manera cruel y alarmante, en las familias empobrecidas y excluidas.

    La evangélica opción por los pobres, asumida por nuestra Iglesia, significa una tarea prioritaria y preferencial, junto a los más pobres y marginados. Entre ellos, el niño es el que más sufre... y no tiene voz.

    La Pastoral del Niño permite concentrar los esfuerzos para un conocimiento de los problemas del niño, de su madre y de su familia, a fin de emprender acciones que ayuden a solucionar sus necesidades.

    La Iglesia se hace más cercana al pueblo, cuanto más se acerca a sus problemas y se solidariza con ellos, con una respuesta concreta de evangelización y promoción humana.

    Esta pastoral quiere ser una respuesta concreta de la Evangelización y Promoción Humana.

    Con ella se desea contribuir a la transformación social a través de la organización de la comunidad para que llegue a ser agente de su propio desarrollo, defienda la vida y sea escuela de vida fraterna, "para que todos los niños tengan Vida y Vida en abundancia." (Jn 1 0,10).

     

    ¿Por qué desde el vientre materno a los 5 años?

    En esta etapa de la vida del niño se define el potencial humano que tendrá en el futuro. De la educación de la familia dependerá el crecimiento y desarrollo integral de sus hijos, y la estimulación temprana que debe acompañar este importante proceso.

    La alimentación, cuidado y vivencia familiar de la madre embarazada incide directamente en la capacidad intelectual, afectiva y física del niño o niña.

    La supervivencia y el desarrollo integral del niño/a depende del grado de conciencia y conocimientos sobre estos cuidados básicos que tiene la familia que vive en extrema pobreza. Consecuentemente, la familia motivará a la comunidad a fortalecer organizaciones comunitarias tendientes a ese fin y a ejercer un control social sobre los servicios públicos básicos.

    Esta acción pastoral tiene dos ejes:

    - Evangelizar con ardor Misionero nuevo, testimoniando a Jesucristo, en comunión fraterna y a la luz de la opción preferencial evangélica por los más pobres.

    Participar en la construcción de una sociedad justa y solidaria, al servicio de la Vida y de la Esperanza, en las diferentes culturas camino al Reino definitivo.

     

    DEFENDER Y VALORIZAR LA VIDA

    La metodología de la Pastoral del Niño se inspira en los evangelistas, cuando narran que una multitud de 5.000 hombres que seguían a Jesús, llegada la noche, sentían hambre y no tenían qué comer. Los discípulos le comentan al Maestro la situación, y él les dice: "Dénles ustedes mismos de comer"; a lo que ellos respondieron: "Sólo tenemos 5 panes y 2 pescados". Entonces Jesús mandó que el pueblo se organizara en pequeños grupos, de 50 y de 100. Luego mandó traer los 5 panes y los 2 pescados, los elevó al cielo, los bendijo y ordenó que los distribuyeran a todos. Después mandó que averiguaran si todos estaban saciados y pidió recoger los restos, sobrando doce canastos llenos (cfr. Juan 6,1; Marcos 6,34-44).

    Es así como la Pastoral del Niño hace: organiza grupos, trabaja con lo que hay, eleva los dones al cielo, distribuye y evalúa si todos están saciados.

    "Existen dones diferentes, pero el Espíritu es el mismo; diferentes servicios, pero el Señor es el mismo; diferentes modos de actuar pero es el mismo Dios que realiza todo en todos". (1 Corintios 12,4-5).

    Los líderes comunitarios tienen dones diferentes: unos tienen más aptitudes para cuidar la nutrición, pesar a los niños, motivar a las familias, cuidar mejor de la alimentación; otros tienen el don de poder convencer a las madres para que amamanten a sus hijos; otros se sienten realizados al enseñar a la madre y a la familia a dar el cariño y el estímulo necesario para mejorar el desarrollo infantil; otros saben relacionarse y articularse con el servicio público de salud, promover vacunaciones, presionar al sistema de salud y de educación para mejorar la calidad de atención a todos. Hay quienes canalizan proyectos de generación de ingresos, y promueven la comunicación social al servicio de la vida y de la esperanza.

    Jesús nos orienta para que formemos equipos y nunca trabajemos solos, porque cuando uno esté desanimado habrá otro que lo reanimará.

    Las acciones tienen metas cualitativas y cuantitativas que pueden ser evaluadas, con relación a los cambios logrados a favor de la niñez y el entorno familiar. Las acciones de la Pastoral del Niño están relacionadas con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y con otras Pastorales y Movimientos de la Iglesia.

    La Palabra de Dios es la base de las acciones concretas en defensa y valorización de la vida.

     

     

    UNA MISIÓN QUE INTEGRA FE Y VIDA

    "Ustedes no me escogieron a mí; soy Yo quien los ha escogido a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan frutos, y ese fruto permanezca." (Juan 15,16).

    Quienes trabajan en la Pastoral del Niño se sienten llamados por Dios y enviados a realizar una misión junto a las madres, padres y embarazadas, en la familia. Realizan sus acciones a la luz del Evangelio, dando especial atención al niño desde el vientre materno hasta los 5 años de edad.

    Su misión no se limita a las acciones básicas de salud, nutrición, educación y fe. Ella trasciende estas acciones. Es, antes que nada, una misión de caridad cristiana, integrando Fe y Vida.

    Dios quiere que sus hijos tengan condiciones de vida justas y dignas, por eso es necesario que la comunidad se organice y luche para mejorar sus condiciones de trabajo, salud, educación y recreación.

    Las celebraciones y las liturgias son la oportunidad para renovar el compromiso con la misión que anima a la Pastoral del Niño.

     

    EL NIÑO Y LA FAMILIA

    Los que trabajan para que todos los niños y niñas tengan Vida en abundancia reconocen que la familia es indispensable para la supervivencia y el desarrollo integral del niño y la niña. La familia es el espacio adecuado para intercambiarsaberes, conocimientos y compartir la fe y el amor al prójimo. Como dice Santo Domingo, "la Iglesia anuncia con alegría y convicción laBuena Nueva sobre la familia, en la cual se forja el futuro de la humanidad y se concretiza la frontera decisiva de la Nueva Evangelización" (Santo Domingo, 210).

    Desde el vientre materno, y en el seno de la familia comienza la educación de los pequeños ciudadanos. Los padres son los primeros y más importantes educadores del niño. Los primeros años son el cimiento que sustenta las otras etapas del desarrollo de la vida humana.

    La participación de las familias en la Pastoral del Niño se refleja en el ejercicio de su compromiso con el desarrollo de sus hijos, y con el cumplimiento de todos sus derechos.

    La Pastoral del Niño trabaja para sensibilizar a la comunidad y conquistar a las familias, sobre todo a las más necesitadas por falta de buen relacionamiento o de medios económicos, para que se abran a la evangelización y acepten las palabras y acciones del líder comunitario.

    La familia motivada abrirá las puertas de su casa al líder de la Pastoral del Niño para descubrir juntos formas de alcanzar el desarrollo integral del niño y la niña, desde el vientre materno y tomar las medidas necesarias en las situaciones especiales. De esa manera los padres podrán escuchar, discutir y aplicar, día a día, lo aprendido sobre educación, alimentación, higiene... a favor de sus hijos.

    También es importante la participación en los encuentros, reuniones y otras celebraciones, intercambiando experiencias e informaciones sobre Acciones Básicas de Salud, Nutrición, Educación y Fe, conquistando nuevas amistades, sintiendo que se forma parte de una gran familia, donde todos están preocupados por el desarrollo integral de sus hijos.

    Los participantes contribuyen a la transformación de la realidad de su familia y de su comunidad, integrando asociaciones, clubes de madres o grupos de mujeres, con el objetivo de mejorar su calidad de vida, valorando el medio ambiente en que vivimos y el comportamiento social que nos rodea.

     

     

    ¿CÓMO FUNCIONA LA PASTORAL DEL NIÑO?

    La Pastoral del Niño trabaja con voluntarios de la propia Comunidad, motivados desde su fe en el compromiso con la realidad y problemática de la niñez, previniendo la marginalidad y violencia.

    Está dirigida especialmente a comunidades que viven enpobreza y extrema pobreza, en donde se da una mayor incidencia de mortalidad materno infantil, sobre todo mujeres de zonas dispersas y marginadas, de baja escolaridad, que viven la Evangelización del pobre por el pobre con las familias de su misma Comunidad. Son personas que viven en situaciones de violencia permanente por causa de la pobreza que genera un desconocimiento de los valores de la propia persona.

    La opción preferencial por los pobres es adoptada por la Pastoral del Niño, porque entre los pobres, marginados y excluidos, el niño, la niña y la madre son las personas que más sufren.

    La Pastoral del Niño crece donde hombres y mujeres de una comunidad se ofrecen sencilla y generosamente para fortalecer su fe y sus conocimientos en la vida orientando al desarrollo de las Acciones Básicas de Salud, Nutrición, Educación, Ciudadanía y Fe para así rescatar la vida de los niños y fortalecer los vínculos afectivos de la familia.

     

    El Líder Comunitario

    El Líder es la espina dorsal de la Pastoral del Niño. Los líderes, agentes voluntarios de la Pastoral, dentro del contexto familiar y comunitario, participan en cursos de capacitación y luego acompañan el desarrollo y la educación de los niños y niñas, orientando a madres y embarazadas. Su trabajo no es fácil porque a veces no se sienten escuchados ni apoyados por las comunidades, pero su rol es esencial para la Evangelización entre iguales.

    Entre sus diferentes acciones se destacan:

    - La visita a las familias es el trabajo más importante. Se realiza casa por casa y a partir de esta tarea, se desarrolla el trabajo educativo, orientando a las familias sobre cómo evitar las enfermedades.

    Durante la visita se utiliza la entrevista, que es una conversación con las familias, después el líder anota las informaciones obtenidas en su cuaderno.

    Haciendo el acompañamiento a las familias a través de la visita domiciliaria se obtiene información que permite identificar situaciones de riesgo individuales y colectivas, por ejemplo, bebés que no maman, hijos de madres que beben, fuman o toman drogas durante el embarazo o sufren enfermedades de transmisión sexual, niños y gestantes desnutridos, embarazadas que no hacen su control prenatal especialmente las de alto riesgo, falta de agua potable, basura dejada en cualquier lugar...

    También se detectan problemas personales y se ofrece un ámbito para poder pedir ayuda. Se crean vínculos de respeto, atención y participación de la familia y de la comunidad en la mejoría de la calidad de vida y en prácticas sencillas de salud.

    Es fundamental saber escuchar compartir las alegrías y los sufrimientos, crear lazos de amistad y solidaridad tanto con las familias como con los otros líderes comunitarios, dando una atención especial a las embarazadas, a las madres de lactantes y a niños y niñas menores de 6 años.

    - La Vigilancia Nutricional se realiza mensualmente, en el Día de Celebración de la Vida. El líder verifica si los niños y las niñas están con el peso previsto para su edad, acompañando de cerca a los que estén desnutridos. También realiza con las familias actividades de confraternización y de intercambio de experiencias, involucrando Fe y Vida.

    - El líder promueve reuniones y encuentros con las familias para intercambiar ideas y experiencias sobre el trabajo de la Pastoral del Niño, de manera alegre y participativa, haciendo suyas las palabras de Juan Pablo II: "La atención al niño o la niña, desde antes del nacimiento, desde el primer momento de la concepción y continuando en los años de la infancia y juventud, es la verificación fundamental de la relación del hombre con el hombre" (Familiaris Consortio, n. 26).

    En esas reuniones, podrán hablar invitados especiales sobre asuntos de interés del grupo.

    El líder participa de actividades de capacitación y encuentros de planificación y evaluación, perfeccionando sus conocimientos y su práctica.

    En los encuentros es fundamental la reflexión sobre la Palabra de Dios y la Celebración de la Vida, para rescatar la esperanza y el valor de la vida.

     

    - La articulación con el Sistema de Salud y con otras Pastorales y movimientos de la comunidad es muy importante. El líder debe estar informado sobre los servicios de salud, asistencia social, educación y sobre los grupos de defensa del niño y la niña. Siempre que sea necesario debe derivar a los niños y embarazadas que necesitan asistencia a esos servicios.

    También debe conocer e interesarse por las iniciativas comunitarias, canalizándolas con los coordinadores.

     

    EL MINISTERIO DE LA COORDINACIÓN

    En la Pastoral del Niño, la coordinación debe ser un Ministerio de la Iglesia, un ministerio de fe y salvación. Se requiere una actitud de amor comprensivo y humilde, de servicio, de diálogo y de renuncia de sí mismo. Es sin lugar a dudas, este espíritu pastoral, esta caridad, esta donación de sí lo que debe animar a los coordinadores de la Pastoral del Niño, que tienen la misión de llevar vida y esperanza.

    En la Parábola del Buen Pastor se destaca y resalta especialmente el interés por los demás, el testimonio de vida y la donación de sí mismo (Juan 10,7-18).

    La persona que ejerce el ministerio de la coordinación debe tener una profunda comunión con Jesús y una actitud de respeto y donación de sí mismo a los demás.

    Puebla nos enseña que ser Iglesia Misionera (n. 1304) es anunciar con alegría al hombre de hoy que él es Hijo de Dios en Cristo; comprometerse con la liberación de todo el hombre y de todos los hombres, insertándose solidariamente en la actividad apostólica de la Iglesia Universal.

    Por eso el gran objetivo final de la coordinación es hacer de todos los que trabajan una comunidad cristiana como se refiere en los Hechos de los Apóstoles: "Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la convivencia, a compartir el Pan y a las oraciones" (Hechos 2,42).

    En la Pastoral del Niño, coordinar es una actitud colectiva. Se hace a distintos niveles porque planificar, capacitar, acompañar la ejecución de los trabajos, evaluar y principalmente animar,celebrar y liberar son acciones a ser desarrolladas con todos los miembros de los diferentes equipos.

    Los buenos resultados de la Pastoral en una comunidad, parroquia o Diócesis, dependen de la fuerza y armonía de sus Equipos de coordinación que necesitan: gozar de la confianza de la Iglesia, tener espíritu Misionero, ser capaces de trabajar en equipo, saber valorizar el trabajo de cada uno, comprometerse con el trabajo comunitario, tener facilidad de comunicación con la gente, saber organizar, delegar, animar y celebrar el camino, ser agente de transformación...

    En todas las comunidades que trabajan con la Pastoral del Niño, se debe poner en práctica, unconjunto de acciones, con el fin de garantizar una mejor calidad de vida de las familias empobrecidas, tanto en el aspecto espiritual como en el aspecto físico. Esas acciones abarcan diferentes aspectos de los problemas sociales, de educación y de nutrición.

     

    La Coordinación Zonal

    Es un equipo voluntario formado por líderes comunitarios escogidos por su grupo, los líderes de una zona geográfica. Los líderes elegidos en cada zona forman la coordinación zonal.

    Su principal tarea es animar, acompañar y apoyar las acciones básicas de salud, educación y nutrición realizada por los líderes.

    La coordinación zonal tiene como función: visitar y acompañar a los líderes y a las familias,promover el peso de los niños, promover y participar en reuniones y encuentros, coordinar con el Párroco, con el sistema de Salud y otros servicios de la comunidad.

    Mensualmente el coordinador zonal promueve reuniones con los líderes comunitarios para organizar y distribuir las tareas relativas a las acciones básicas que deben ser desarrolladas. En estos encuentros el coordinador zonal tiene oportunidad de evaluar los resultados de las acciones de la Pastoral del Niño en la comunidad.

     

    La Coordinación Parroquial

    Son voluntarios, que además de otros quehaceres, donan su tiempo a favor de las familias y niños de la comunidad, orientando la realización de acciones básicas de salud, nutrición, educación, ciudadanía y fe.

    Es un equipo formado por los coordinadores zonales, entre los cuales uno es elegido Coordinador Parroquial. Es el responsable de capacitar a líderes comunitarios y acompañar las actividades de la Pastoral del Niño en la Parroquia. Es aprobado por el párroco.

    Las principales actividades realizadas por la coordinación parroquial son: visitar a las comunidades, dando una atención especial a las comunidades nuevas y a las que tienen alguna dificultad; buscar espacios en los medios de comunicación, en la Iglesia y en la comunidad en general para difundir las acciones de la Pastoral del Niño; formar grupos de apoyo con voluntarios y personas de buena voluntad, buscando convenios con organismos municipales o gubernamentales; promover la articulación con el párroco, con otras pastorales, movimientos y organismos gubernamentales.

     

    La Coordinación Diocesana

    El equipo de Coordinación Diocesana está formado por los coordinadores parroquiales y por el Equipo Técnico o Asesor. El coordinador diocesano es designado por este grupo junto con un vice coordinador. Con el grupo analiza, evalúa, planifica, y toma decisiones.

    Para ejecutar las acciones de la Pastoral del Niño, se recomienda que la Coordinación Diocesana procure descentralizar las actividades, formando equipos de capacitación, integrados por voluntarios o profesionales cedidos por los municipios o por otros organismos públicos y privados, para capacitar a los líderes y coordinadores de la Pastoral. También es importante contar con un equipo de comunicación para difundir las acciones de la Pastoral del Niño en los medios de comunicación de la Diócesis.

    Para realizar la Misión con las familias carenciadas, el coordinador diocesano, en conjunto con su equipo tiene las siguientes funciones:

    - Visita a las Parroquias, implantando gradualmente la Pastoral del Niño en todas las comunidades de su Diócesis, dando preferencia a las más carenciadas y acompañando los momentos importantes del camino de la Pastoral en las Parroquias.

    - Promueve y participa en encuentros con las Coordinaciones Parroquiales y Zonales para capacitación, planificación y evaluación de las acciones de la Pastoral.

    - Articula con otras Pastorales, Movimientos y autoridades locales, haciendo de puente y comunicación entre el obispo, el párroco, y los coordinadores parroquiales y de zonas. Representa a la Pastoral del Niño en los eventos diocesanos.

     

    CONSTRUYENDO CIUDADANÍA Y CONCIENCIA

    Cada miembro de la Pastoral del Niño recibe capacitación en las Acciones Básicas de Salud, Educación, Nutrición y Fe, nacidas desde necesidades sentidas, para implementarlas en su Comunidad, acompañando el crecimiento y desarrollo de los niños/as por grupos de 10 a 20 Familias.

    La capacitación en las Acciones Básicas tiene como metasmejorar la calidad de vida de los niños desde su concepción hasta los 5 años, disminuir entre las mujeres, niños y niñas las enfermedades y muertes que pueden prevenirse con facilidad, rescatar a los niños de las deficiencias físicas y mentales, ayudar a construir la ciudadanía del Niño, respetando y haciendo respetar sus derechos.

    Los principales logros sociales y cívicos de esta Pastoral son:

    Credibilidad en la Iglesia y en los Líderes.

    - Notable entusiasmo en la participación de mujeres y hombres.

    Iniciativas Comunitarias con capacidad de autogestión: Huertas Comunitarias, Meriendas Escolares Alternativas, Guarderías, Ollas Comunitarias, etc.

    Mayor conciencia de la familia como primera educadora de los Niños.

    Desarrollo de la autoestima personal.

    Valorización del Niño como sujeto de derechos.

    - La Comunidad organizada articula demandas y exige el cumplimiento de sus derechos.

    Valorización del campo como una alternativa válida de Vida.

     

    Logros de Salud y Nutrición:

    - Valorización de la alimentación como uno de los fundamentos de la salud familiar y del desarrollo integral del niño.

    - Aumento de consumo de frutas y verduras en la dieta familiar.

    Recuperación de niños desnutridos.

    - Control mensual del crecimiento y desarrollo de los niños en las Comunidades.

    - Aumento del Control Prenatal.

    - Incremento en la demanda de vacunación.

    - Captación precoz de las enfermedades prevalentes de la infancia, con reducción del riesgo de mortalidad.

     

    PARA QUE TODOS TENGAN 
    VIDA EN ABUNDANCIA

    La Pastoral de la Niñez valora la importancia de la evangelización entre iguales a partir de un análisis de su realidad, y de la formación como un medio para que las personas asuman la responsabilidad de la transformación de su comunidad.

    Cree que el acompañamiento es necesario para fortalecer a los líderes en la animación de su comunidad y que la evaluación ayuda a aprender de los propios errores, a medir los logros, a buscar nuevos objetivos, fortaleciendo así el crecimiento personal y comunitario para promover la organización hacia el camino de la liberación.

    Por eso, ha adoptado una estructura organizativa que facilita la participación y la comunicación a todos los niveles, desde las familias y comunidades, la Parroquia, la Diócesis y a nivel nacional. Esta estructura organizativa y participativa, supone procesos personales y colectivos, sujetos a diferentes ritmos, pero orientados siempre hacia la autogestión. Las estructuras de coordinación -nacionales, diocesanas y parroquiales- están creadas para sostener, promover y apoyar la tarea evangelizadora y liberadora de los líderes en su comunidad, en la opción preferencial por los más pobres.

    La mística de esta Pastoral basada en el proyecto de Jesús de que "todos tengan Vida yVida en abundancia", lleva a celebrar en cada comunidad los procesos y logros que valorizan el don de la Vida y generan Vida, dando esperanza y construyendo ciudadanía desde la conciencia de la dignidad de Hijos de Dios tomando como ejemplo la vida de Jesús.

     

     


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